La mayoría de los vehículos equipados con un sistema de inyección de urea tienen indicadores luminosos de advertencia específicas que indicarán si hay un problema relacionado con algún fallo. A veces, también puede encenderse un indicador luminoso de revisión del motor. Es muy probable que se limite la potencia de los motores para evitar que aumenten las emisiones contaminantes. Esto puede provocar una disminución del rendimiento, una menor aceleración o un comportamiento irregular del motor. Si el sistema de inyección no funciona correctamente, puede consumir demasiada solución de AdBlue®. Debido a una mala gestión de los NOx, su vehículo puede emitir más humo o un humo más oscuro. Si la urea no se inyecta correctamente o si la reacción química en el catalizador no se produce como debiera, puede detectar un olor inusual procedente del tubo de escape, que está relacionado con gases procesados incorrectamente. En algunos casos, para proteger el motor y limitar las emisiones, su vehículo puede pasar al modo de reducción de potencia. Esto reduce considerablemente la velocidad máxima y el rendimiento general, dificultando la conducción hasta que se resuelva el problema. El mal funcionamiento del sistema RCS provoca un aumento de las emisiones contaminantes, especialmente de óxidos de nitrógeno (NOx). Este problema puede detectarse durante una inspección técnica o una prueba de emisiones, al incumplir el vehículo las normas de contaminación.