En primer lugar, es muy recomendable controlar visualmente el sensor de temperatura, es decir, el cuerpo metálico del sensor (presencia de bultos, grietas o cualquier golpe que podría haberlo dañado), el conector (presencia de conexiones aflojadas, cables fundidos o con fisuras) y su cableado (que no esté dañado ni roto).
En segundo lugar, se puede comprobar el buen funcionamiento del sensor con un multímetro. Conectando la herramienta de medición con el conector del sensor y calentando el lado donde se sitúa la sonda, podrá comprobar si la resistencia cambia de valor. Sin embargo, deberá asegurarse de ajustar el multímetro a 20M Ω, y de tener la información sobre la tecnología utilizada en su sensor (CTN o CTP –ver sección «Tecnologías»). En función de esta información, la resistencia aumentará cuando la temperatura aumente (tipo CTP), o al revés, se reducirá cuando la temperatura aumente.
Si los tests anteriores no son concluyentes, es probable que se vea obligado a sustituir el sensor de temperatura de su vehículo.