En primer lugar, es muy recomendable controlar visualmente el sensor de cigüeñal, es decir, su conector (mala conexión o aflojamiento de este) y su cableado (presencia de cables dañados).
En segundo lugar, se puede comprobar el buen funcionamiento del sensor controlando su resistencia. Sin embargo, los tests no se realizarán de la misma manera en función de la tecnología del sensor.
Para un sensor inductivo, se deberá controlar la resistencia con un multímetro y ésta deberá encontrarse entre 300 y 900 Ω, según los fabricantes. Se puede también controlar la continuidad de los cables eléctricos que unen el sensor con la centralita (=0 Ω).
Para un sensor con efecto Hall, se deberá utilizar un osciloscopio para medir la señal eléctrica. Hay que asegurarse de haber desconectado los conectores del lado del ordenador y después, comprobar que haya una señal al arrancar el motor.
Si los tests anteriores no son concluyentes, es probable que se vea obligado a sustituir el sensor de cigüeñal de su vehículo.