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Convertirse al bioetanol: ¿no es una opción tan atractiva?

¿Sabes algo del bioetanol?

El bioetanol es un biocombustible que puede utilizarse en algunos coches de gasolina, y está formado esencialmente por dos componentes:

  • Gasolina sin plomo: 15%, aunque la proporción suele ser mayor en invierno para facilitar el arranque en frío;
  • El etanol, cuyo 85% procede de la fermentación de la remolacha azucarera y la caña de azúcar.

En general, se acepta que los coches fabricados a partir de 2000 son compatibles. Sin embargo, esto depende esencialmente del motor, ya que algunos toleran mejor el etanol que otros. Hay que subrayar que el bioetanol es más seco y poroso que la gasolina, con un octanaje más elevado. Es cierto que algunos fabricantes han dado el paso y ofrecen motores directamente optimizados para funcionar con E85, como Ford y sus modelos Flexfuel, pero este enfoque sigue siendo minoritario. Además, aunque la red ha crecido, el E85 no está disponible en todas partes: sólo un tercio de las gasolineras francesas suministra regularmente este combustible.

En primer lugar, recuerda que sólo los coches de gasolina puestos en circulación después del año 2000, salvo contraindicación, pueden convertirse al bioetanol. Esta conversión es en realidad una adaptación, que te permitirá funcionar tanto con E85 como con gasolina sin plomo 95, SP95-E10 o SP98. Para ello, es necesario actualizar la unidad de control del motor (ECU) para adaptar la inyección de combustible. Hay dos maneras de hacerlo… ¡pero sólo la primera es legal!

De hecho, la caja de bioetanol es la única solución homologada, aunque es preferible esperar a que finalice la garantía del fabricante antes de realizar esta operación. Además, esta caja debe ser instalada por un profesional homologado, que te expedirá un certificado para que puedas obtener un nuevo permiso de circulación en el que conste que utilizas E85. En cuanto al precio, dependiendo del modelo de tu coche, de la caja y de la mano de obra de instalación, deberás pagar unos 1.000 euros de media.

Al mismo tiempo, la reprogramación implica escribir información directamente en el mapa de tu coche. Es una operación que requiere tiempo y mucho ensayo y error para lograr la mejor optimización posible. Sin embargo, algunos profesionales sin escrúpulos adaptan mapas genéricos que son potencialmente peligrosos para el motor. Es más, aunque la reprogramación del E85 es notablemente eficaz, no está homologada -porque aumenta las prestaciones del vehículo- y, por tanto, es ilegal en carretera abierta.

Lo que hay que saber para sopesar los pros y los contras

En general, el bioetanol permite ahorrar a largo plazo, es decir, una vez amortizado el coste de instalación de la caja, siempre que se recorran más de 20.000 km al año. De hecho, aunque el precio del E85 ha subido mucho en los últimos meses, la diferencia con la gasolina SP95 sigue siendo significativa. Así que, por supuesto, pasarse al bioetanol supone un consumo extra de alrededor del 15% de media, pero con una diferencia de casi 80 céntimos en el surtidor a favor del E85, ¡es seguro que llenar el depósito siempre sale más barato! Además, a diferencia de un coche de GLP, para el que las inspecciones técnicas son más caras, el bioetanol no tiene ningún coste adicional que le reste ventajas financieras y, en muchos departamentos, la obtención de un nuevo permiso de circulación es gratuita – hasta un determinado nivel de potencia fiscal del vehículo en cuestión, por supuesto; no crea que puede transformar un Porsche Cayenne Turbo y no pagar por su matriculación…

Es más, el E85 es eco-responsable… o, para ser más precisos, es menos problemático para el calentamiento global que la gasolina o el gasóleo. De hecho, al producirse a partir de plantas, reduce las emisiones de partículas finas en un 90% en comparación con la gasolina, y los gases de efecto invernadero en torno al 70%. Por eso un vehículo con caja de combustible lleva la pegatina Crit’Air 1. Sin embargo, esta imagen tan halagüeña tiene un inconveniente importante. El bioetanol sólo tiene sentido si su uso no está muy extendido, lo cual es paradójico, ¡admitámoslo! De hecho, para que el parque automovilístico francés funcione con E85, tendríamos que utilizar todos los campos disponibles… y por tanto dejar de alimentarnos, ¡lo que obviamente plantea un problema!

Otro punto a tener en cuenta es que la modificación puede invalidar la garantía del vehículo y, aunque todavía existe cierto debate al respecto, una conversión de este tipo puede dañar el motor a medio y largo plazo. De hecho, el alcohol es capaz de decapar el depósito y saturar los filtros de combustible con mayor rapidez, mientras que su mayor «sensibilidad» al agua genera corrosión, sobre todo si se deja el vehículo durante algún tiempo sin circular con el depósito lleno. Los arranques en tiempo frío también son más complicados, con algunos fallos de encendido muy a menudo – no es el fin del mundo, pero es más doloroso que con el «viejo» combustible convencional. En este sentido, tenga en cuenta que nuestros productos EFI Automotive Service no se han desarrollado para satisfacer las limitaciones adicionales que el E85 impone a un motor diseñado originalmente para funcionar con sin plomo. Como resultado, no aceptamos ninguna responsabilidad por cualquier fallo de un vehículo que ha sido convertido para funcionar con bioetanol.

Fuentes: www.lindependant.fr, www.biomotors.fr, www.caroom.fr, www.tf1info.fr, www.media.roole.fr, www.rmc.bfmtv.com