En primer lugar, es muy recomendable comprobar el distribuidor y sus componentes, asegurándose de que no haya presencia de humedad, fisuras o partes carbonizadas.
Es conveniente igualmente inspeccionar el grosor del carboncillo central (reducción de este si está gastado).
En segundo lugar, se puede realizar un test con el motor en marcha, para asegurarse de que haya un arco eléctrico entre la tapa del distribuidor y las bujías. Sin embargo, esta operación puede ser peligrosa y requiere una advertencia: no tocar las hebras cuando el motor esté en marcha por riesgo de electrocución debido a la presencia de alta tensión.
Si no se confirma la presencia del arco, se puede utilizar un multímetro para controlar la tensión de la bobina de encendido. Esta última, directamente relacionada con la tapa del distribuidor, debe tener por tanto una tensión positiva para enviar la corriente eléctrica hasta las bujías.
Si los tests anteriores no resultan concluyentes, entonces se vería obligado a sustituir el distribuidor o algunos de sus componentes (que a veces se comercializan individualmente, como es el caso de nuestra empresa en una gran parte de nuestra gama).