En primer lugar, es muy recomendable controlar visualmente el sensor de presión diferencial, es decir, el sensor en sí mismo (presencia de suciedad), el conector (presencia de oxidación) y sus tubos (que no estén ni rotos ni obstruidos).
También se puede controlar la separación de los contactos con un terminal macho (resistencia al hundimiento). Con un voltímetro, comprobar la alimentación 5 V y la masa del sensor. Medimos también 5 V en el cable de señal con el sensor desconectado. Derivando el cable de señal y la masa, la tensión cae a 0.
Después de desconectar las dos tomas de presión del filtro de partículas, medir la señal de salida con un osciloscopio y visualizar el valor de presión diferencial (0 hPa). Soplar en el orificio de presión superior: ninguna variación de tensión o presión diferencial. Después de cambiar el sensor de presión diferencial, realizar de nuevo el test. Medir la señal de salida en 0 hPa (señal más alta). Soplando en el orificio, la señal y la presión diferencial aumentan.
Si los tests anteriores no resultan concluyentes, se deberá sustituir el sensor de presión diferencial de su vehículo.